La detección temprana del cáncer de mama y el tratamiento oportuno y adecuado, salvan vidas.
A tener en cuenta:
1 / Consulta anualmente al médico clínico y ginecólogo
Ellos te revisarán y te enviarán a realizar estudios para saber cómo está tu cuerpo.
Para ello, deberás hacerte estudios clínicos (laboratorios y radiografìas de tórax) y ginecológicos (colposcopia, papanicolaou, ecografías de mama y transvaginal y mamografía) todos estudios se indican de acuerdo a las edades.
2 / Realiza periódicamente el autoexamen mamario
Es importante realizarlo regularmente, a partir de los 20 años.
El objetivo de este examen manual es que conozcas cómo son tus mamas. Cada mujer tiene diferente densidad y distribución del tejido y conocerlo ayuda a que puedas detectar alguna irregularidad antes de que se cumpla tu control anual. Si detectas algo es importante que visites a tu ginecólogo/a además de tu revisión anual.
¿Cuando realizar el autoexamen?
Una semana después del ciclo menstrual (cuando hayan desaparecido las inflamaciones propias del periodo menstrual que puedan simular o esconder alguna lesión).
En el caso de mujeres post-menopáusicas o sin menstruación deben elegir un día y repetirlo todos los meses.
¿Cómo hacerlo?
Parada frente al espejo con los brazos al costado del cuerpo, luego con las manos en la nuca y con las manos en la cintura para detectar diferencias en el tamaño, forma, contorno, hundimientos del pezón o cambios de color en la piel.
EL CÁNCER DE MAMAS NO SE PUEDE EVITAR, PERO SÍ PREVENIR
Prevención primaria
Prevenir el cáncer de mama significa disminuir o eliminar la exposición de la mujer a factores de riesgo de forma tal de reducir las posibilidades de desarrollar cáncer de mama. La adherencia a estilos de vida saludables es una forma de actuar de modo preventivo: no fumar, evitar el consumo de grasas, realizar actividad física, moderar el consumo de alcohol.
Prevención secundaria
La prevención secundaria consiste en la detección temprana del cáncer de mama.
Hay dos formas de detectarlo de manera temprana:
La primera es por medio de la mamografía, que consiste en realizar una radiografía de las mamas. Con este estudio es posible detectar el cáncer de mama en su fase asintomática, cuando todavía la lesión no es palpable, por lo cual es posible recurrir a mejores posibilidades de cura, con tratamientos menos agresivos que los que se realizan cuando el cáncer está más avanzado.
Cuando el cáncer provoca síntomas y alteraciones de la mama detectables al examen físico, significa que estamos en presencia de un nódulo palpable. En un estado avanzado de la enfermedad se pueden observar variables manifestaciones como retracción del pezón, cambios en la textura y el color de la piel, prurito o lesiones en el pezón.
Por eso, la recomendación es que todas las mujeres de entre 50 a 70 años se realicen un estudio mamográfico cada dos años junto a un examen físico de las mamas por parte de un profesional de la salud. Por otra parte, tanto en las mujeres de entre 40 y 50 años como en las mayores de 70 la decisión de hacer o no una mamografía debe ser personalizada. La mujer debe hablarlo con su ginecólogo/a o con su médico/a de cabecera, y valorar los pros y los contras de hacer el estudio mamográfico.
Por otro lado, hay otros métodos diagnósticos por imágenes, como la ecografía mamaria, la cual se usa en forma complementaria a la mamografía y la resonancia magnética que se emplea fundamentalmente en mujeres con fuertes antecedentes familiares y mutaciones genéticas conocidas detectadas o altamente sospechadas y en situaciones puntuales cuando exista indicación (por ejemplo: algunas mujeres con mamas extremadamente densas o que tengan prótesis mamarias).
En DIMEC realizamos todos los estudios que necesites.
No olvides consultar a tu médico y como mínimo una vez por año realizar los estudios correspondientes.
OCTUBRE: Mes de lucha contra el Cáncer de Mama
Esta enfermedad, es causada por la multiplicación anormal de las células de la mama que forman un tumor maligno. Las células normales crecen y se dividen para formar nuevas células a medida que el cuerpo las necesita. Algunas veces este proceso se descontrola formando una masa de tejido que es lo que se conoce como tumor. Este tumor se puede desarrollar en distintas partes del tejido mamario.
Se trata de una enfermedad que afecta mayoritariamente a mujeres de entre 45 y 70 años de edad, y si bien se desconocen cuáles son los causantes; se reconocen algunos factores que aumentan el riesgo de diagnosticarla:
- Ser mayor de 50 años
- Antecedentes personales de cáncer de mama o de enfermedad benigna (no cancerosa) de mama.
- Antecedentes familiares de cáncer de mama.
- Tratamiento con radioterapia dirigida a la mama o el pecho.
- Tratamiento con hormonas, como estrógeno y progesterona.
- Menstruación a edad temprana.
- Edad avanzada en el momento del primer parto o nunca haber tenido hijos.
Otros factores que aumentan las posibilidades de tener cáncer de mama y sobre los que se puede intervenir previamente son: el sobrepeso, el sedentarismo, el tabaquismo, el consumo de alcohol en proporciones mayores a las recomendadas.
Si bien no se puede evitar, ¡se puede prevenir!